Postigo
José García Sánchez
Extrañas son algunas declaraciones de los panistas que todavía no se dan cuenta del lugar donde encuentran en cuanto popularidad y menos aún quieren reconocer las causas de esa marginación del poder.
La visión de la realidad los conduce a sentirse víctimas de las circunstancias cuando son parte de la horca del verdugo.
Sin duda los líderes del PAN no son los ideales para los tiempos de reconstrucción que vive el partido y sus expresiones intentan culpar a otros de lo que es su responsabilidad, en este contexto de absurdos, el líder de ese partido en la Ciudad de México señala que la hiperconcentración de poder de Morena en la capital comienza a generar retraso en el quehacer legislativo e impacta los plazos establecidos en la Constitución local para que entren en vigor las leyes.
El presidente del PAN CDMX, Andrés Atayde, desconoce que la fuerza excesiva o no, de Morena, se debe a la poca atracción que sintió la población hacia sus candidatos. Todos ellos de segunda o tercera división.
Confiesa desde la posición de mártir de la democracia: Ellos, Morena, son mayoría en el Congreso: quisieron encabezar todas las comisiones importantes, mediante sus alianzas ficticias se apoderaron del control y conducción del Congreso con la Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política, y ahora que tienen plazos claramente establecidos por la Constitución local no quieren o no pueden cumplirlos’, pero ellos, en su lugar hubieran hecho lo mismo, como lo hizo por muchos años el PRI.
El líder del PAN en la Ciudad de México no puede culpar a un partido mayoritario de la miseria de su poca aceptación electoral. El PAN requiere reconstruirse para arrebatar esos espacios que ahora señala como ajenos, y que no tienen otro camino que la persuasión hacia las urnas con propuestas concretas, atractivas, con candidatos congruentes y que sean populares y no Juniors de una clase media alta desclasada que van a la deriva y la volátil moda de la tecnología en su única sugerencia política.
Los presagios del líder del PAN en la Ciudad de México son inexplicablemente catastróficos debido a la concentración del poder en un partido, contra el que no pudieron competir sus correligionarios. Entonces, de ser cierto el apocalipsis de la realidad capitalina, ellos también serán corresponsables por no saber crear contrapesos desde la campaña.
El PAN presentó candidatos que eran de pantomima, desde la presidencia de la República hasta las alcaldías, no se diga para gobernar la Ciudad de México. Sus alianzas le hicieron más daño que el enemigo con el que se enfrentaban, pero no reconocen errores simplemente culpan a otros de su propia desgracia.
El enemigo a vencer está dentro del PAN y es su falta de conciencia sobre la realidad que vive el partido. Con líderes como Cortés y Atayde poco podrán hacer, su destino no es muy alentador con expresiones que no son propios de partido alguno. Es como si culparan al equipo de futbol contrario de meter más goles que ellos y la derrota les pareciera injusta y arbitraria. Nunca ha tenido tan malos dirigentes el PAN y eso se verá reflejado en Baja California y Puebla, donde del primer lugar pasarán al tercero, y si no saben estructurar sus alianzas hasta el cuarto.