Lectura política

A pesar de Colosio

 A pesar de Colosio
Periodismo
Marzo 27, 2019 20:22 hrs.
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Noé Mondragón Norato › guerrerohabla.com

’No quiero saber nada de política’. Las palabras salieron de Luis Donaldo Colosio Riojas, hijo del malogrado candidato presidencial priista, Luis Donaldo Colosio Murrieta. Sin embargo y con el correr de los años, Colosio Riojas cambió de opinión. Hoy es diputado local por el cuarto distrito del partido Movimiento Ciudadano (MC) en el Congreso de Nuevo León. A 25 años del violento deceso de su padre, las lecciones de la historia que marcaron aquella tragedia se leen desde distintos ángulos.

IMPUNIDAD DESDE ARRIBA. – Si la impunidad prevalece inalterable en nuestro país y la justicia permanece impasible, es porque se ha fomentado desde las cúpulas mismas del poder. Hay que ir por partes: 1.- El expresidente priista del país, Carlos Salinas de Gortari, estuvo siempre en el centro del remolino en torno a ese crimen. Corrió mucha tinta señalando su hipotética participación intelectual en el crimen. Ningún expresidente lo llamó a cuentas. Ni Ernesto Zedillo ni el panista Vicente Fox ni Felipe Calderón ni Peña Nieto. Pero ocurrió un hecho desconcertante: tras el magnicidio de Colosio -el 23 de marzo de 1994-, el PRI retuvo la presidencia del país en los comicios presidenciales de julio de ese mismo año. Es decir, poco más de tres meses después del evento sangriento ocurrido en Lomas Taurinas, en Tijuana. El votante -por miedo o por lástima- decidió ceder su voto al PRI. Por razones extrañas, el candidato del PRD, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en su segunda postulación presidencialno pudo remontar diferencias electorales. Porque hubo un factor que lo comprimió: el cierre de pinzas tanto del candidato del PRI, Ernesto Zedillo Ponce de León, como el del PAN, Diego Fernández de Cevallos. Incluso, mucha de la fortuna personal de este último personaje parte de sus inconfesables, eternas relaciones y acuerdos soterrados con el PRI. Incluso, ’el regalo’ de un predio por parte de Zedillo en la exclusiva y cara zona Diamante de Acapulco, una vez decretado su triunfo electoral. 2.- A 25 años de Colosio, el presidente López Obrador diseñó un discurso orientado a cobrarle facturas políticas a Carlos Salinas de Gortari. Y a todos los expresidentes que le siguieron. Desde luego, Salinas ya no alcanzaría a ser juzgado por una presumible autoríaintelectual en el crimen, en función de que el delito de homicidio prescribe a los 15 años. Lo único que AMLO sí podría empujar es una reforma a la Constitución para que todos los expresidentes regresen los bienes mal habidos. Consumados al amparo de las relaciones del poder. Y de la corrupción que durante el salinato fue una palabra bendecida y generadora de riquezas inconmensurables al amparo de la venta de todas las paraestatales. 3.- Contrario a lo que se pensaba, el legado político de Colosio no se midió con la apertura del PRI a los procesos democratizadores, sino exactamente hacia el lado opuesto: con la institucionalización de las componendas y acuerdos partidistas en lo oscurito; la raquítica inversión en materia de desarrollo humano; el acceso de los mismos y reciclados personajes a los círculos del poder oficial; y una corrupción galopante que incrementó abismalmente la brecha entre las clases sociales pudientes y los millones de pobres. El crimen de Colosio no sacudió conciencias tricolores, sino que se convirtió en ariete político para mantener inamovibles ciertos estados de cosas, ya podridos. El ejemplo más nítido de todo lo anterior, lo representa la actual dirigente nacional del PRI, Claudia Ruiz Salinas, hija del exgobernador tricolor José Francisco Ruiz Massieu -sacrificado por los mismos intereses que mataron a Colosio-, y sobrina justamente, del expresidente Carlos Salinas de Gortari. A pesar de Colosio, con la alternancia panista en la presidencia del país el 2 de julio de 2000, con el regreso del PRI en 2012, y con la llegada de la Cuarta Transformación encabezada por López Obrador, las familias priistas siguen ahí. Enquistadas en un poder que ya no tienen. No entienden que sus ciclos están cerrados. Y así, difícilmente retornarán.

HOJEADAS DE PÁGINAS…La alcaldesa morenista de Acapulco, Adela Román Ocampo, exhibe acentuadamente, intolerancia y autoritarismo. Asume ’tener ubicados a los que me abuchearon’, como si pretendiera con ello ajustarles cuentas. O tomar represalias. Así como renunció a la trabajadora de redes sociales Iris Gómez, por colocarle orejas de gato al gobernador Héctor Astudillo, durante una transmisión en vivo en los inicios de marzo de este año. Adela, además de arrogante, no puede.

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